La gran mayoría de los cánceres de piel son de tres tipos diferentes: carcinoma de células basales, carcinoma de células escamosas y melanoma.
Carcinoma de Células Basales
Es la forma más común de cáncer de piel. Las células basales residen en la capa más profunda de la epidermis, junto con los folículos pilosos y los conductos excretores de las glándulas sudoríparas. La sobreexposición de una persona a la radiación UVB daña el sistema de reparación natural del cuerpo, lo que hace que se desarrollen carcinomas en las células basales. Tienden a ser tumores de crecimiento lento que rara vez metastatizan (se diseminan).
Los carcinomas de células basales pueden presentarse en una variedad de formas diferentes:
- bultos prominentes rosados o blancos con un borde nacarado y vasos sanguíneos pequeños y visibles;
- bultos pigmentados que parecen lunares con un borde nacarado;
- una llaga que sana y se vuelve a abrir en forma continua;
- cicatriz plana con escamas de apariencia cerosa y bordes borrosos.
A pesar de las diferentes apariencias del cáncer, en todos los casos tiende a sangrar por causas insignificantes o sin causa alguna. El 85 % de los carcinomas de células basales se manifiestan en el rostro y el cuello, que son las áreas más expuestas al sol.
Algunos factores de riesgo del carcinoma de células basales son tener piel clara, exposición al sol, edad (la mayoría de los cánceres de piel se presentan después de los 50 años), exposición a radiación ultravioleta (como la de camas solares) y radiación terapéutica administrada para tratar un problema de salud no relacionado.
Para diagnosticar un carcinoma de células basales es necesario hacer una biopsia, que puede ser por escisión, en la que se extirpa todo el tumor junto con parte del tejido circundante, o por incisión, en la que se extirpa solo una parte del tumor (esta forma se usa principalmente en lesiones grandes).
Los siguientes son algunos de los tratamientos posibles.
- Criocirugía: algunos carcinomas de células basales responden a la criocirugía, en la que se usa nitrógeno líquido para congelar el tumor.
- Legrado y desecación: es el método preferido de los dermatólogos y consiste en usar un pequeño instrumento metálico (llamado cureta) para raspar el tumor para quitarlo, junto con la aplicación de una corriente eléctrica dentro del tejido para matar cualquier célula cancerosa remanente.
- Cirugía micrográfica de Mohs: es el método preferido para tumores grandes, y combina la extirpación del tejido canceroso con una revisión microscópica mientras se realiza la cirugía. Al mapear el tejido enfermo capa por capa, se daña menos tejido sano al extirpar el tumor.
- Cremas Medicinales Recetadas: el paciente puede aplicarlas en casa. Estimulan el sistema inmunitario natural del organismo con el correr de las semanas.
- Radioterapia: se usa en tumores difíciles de tratar, ya sea por su ubicación, su gravedad o su persistencia.
- Extirpación quirúrgica: se extirpa el tumor en forma quirúrgica y se sutura.
Carcinoma de Células Escamosas
Las células escamosas se encuentran en la capa superior de la epidermis (la superficie). Al mirarlas con un microscopio, se ven como escamas de pescado, y se presentan como una porción de piel con costra o escamosa con una base inflamada y roja. Suelen ser blandas al tacto. Se calcula que, cada año, se diagnostican 250,000 casos nuevos de carcinoma de células escamosas, 2,500 de los cuales resultan mortales.
Este carcinoma puede desarrollarse en cualquier parte del cuerpo, incluso en el interior de la boca y sobre los genitales. Aparece con más frecuencia en el cuero cabelludo, el rostro, las orejas y el dorso de las manos. Tiende a desarrollarse en personas de mediana edad y ancianos de piel clara que tienen antecedentes de exposición solar. En algunos casos, evoluciona a partir de una queratosis actínica, lesiones con escamas secas que pueden ser color piel, marrón rojizo o negro amarillento, y que se presentan en pieles rugosas o curtidas. Las manchas de queratosis actínica se consideran precancerosas.
Igual que el de células basales, el carcinoma de células escamosas se diagnostica mediante una biopsia, que puede hacerse por escisión, en la que se extirpa todo el tumor junto con parte del tejido circundante, o por incisión, en la que se elimina solo una parte del tumor (esta se usa principalmente en lesiones grandes).
Los siguientes son algunos de los tratamientos posibles.
- Criocirugía: Algunos carcinomas de células basales responden a la criocirugía, que consiste en usar nitrógeno líquido para congelar el tumor.
- Legrado y desecación: es el método preferido de los dermatólogos y consiste en usar un pequeño instrumento metálico (llamado cureta) para raspar el tumor para quitarlo, junto con la aplicación de una corriente eléctrica dentro del tejido para matar cualquier célula cancerosa remanente.
- Cirugía micrográfica de Mohs: es el método preferido para tumores grandes, y combina la extirpación del tejido canceroso con una revisión microscópica mientras se realiza la cirugía. Al mapear el tejido enfermo capa por capa, se daña menos tejido sano al extirpar el tumor.
- Cremas Medicinales Recetadas: el paciente puede aplicarlas en casa. Estimulan el sistema inmunitario natural del organismo con el correr de las semanas.
- Radioterapia: se usa en tumores difíciles de tratar, ya sea por su ubicación, su gravedad o su persistencia.
- Extirpación quirúrgica: se extirpa el tumor en forma quirúrgica y se sutura.
Melanoma
Si bien el melanoma es el tipo de cáncer de piel menos común, es por lejos el más virulento. Es la forma más común en adultos jóvenes de entre 25 y 29 años. Los melanocitos son células que se encuentran en la capa inferior de la epidermis. Producen melanina, la sustancia responsable de la pigmentación de la piel. Por eso, los melanomas suelen presentarse en forma de manchas marrones oscuras o negras en la piel. Los melanomas se diseminan con rapidez a los órganos internos y el sistema linfático, lo que los hace bastante peligrosos. Una detección temprana es vital para curar este cáncer de piel.
Los melanomas parecen lunares y con frecuencia crecen dentro de lunares existentes. Por eso es importante que las personas se realicen autoexámenes periódicos de la piel para poder detectar cualquier cáncer de piel potencial cuando aún puede tratarse. La mayoría de los melanomas los causa la sobreexposición al sol desde la niñez. Este tipo de cáncer también puede ser común en las familias.
Se diagnostica con una biopsia. Los tratamientos incluyen extirpación quirúrgica, radioterapia y quimioterapia.
Qué Buscar
La clave para detectar cánceres de piel es advertir cambios cutáneos. Busque:
• manchas grandes marrones con motas más oscuras en cualquier parte del cuerpo;
• lesiones oscuras en las palmas de las manos y las plantas de los pies, las puntas de los dedos de los pies, la boca, la nariz o los genitales;
• protuberancias traslúcidas nacaradas y abovedadas;
• lunares existentes que empiezan a crecer, dar comezón o sangrar;
• manchas marrones o negras debajo de las uñas;
• llagas que sanan y se vuelven a abrir reiteradas veces;
• racimos de lesiones con escamas de crecimiento lento que son rosadas o rojas.
La Academia Estadounidense de Dermatología ha desarrollado la siguiente guía del ABCDE para evaluar si un lunar u otra lesión puede estar en proceso de ser cancerosa.
• Asimetría: una mitad del lunar no tiene el mismo tamaño, forma o color que la otra.
• Bordes: los bordes son irregulares, ondeados o poco definidos.
• Color: no tienen el mismo color en toda su extensión.
• Diámetro: un lunar suele medir más de 6 milímetros al momento del diagnóstico, pero puede ser más pequeño.
• Evolución: el lunar o la lesión cutánea es diferente al resto, o cambia de tamaño, forma o color.
Si se presenta alguna de estas características, programe una cita con uno de nuestros dermatólogos de inmediato. El médico puede hacer una biopsia del lunar para determinar si es o no canceroso.
Prevención
Alrededor de un 90 % de los cánceres que no son melanomas se atribuyen a la radiación ultravioleta del sol. Por eso, la prevención implica:
• evitar quedarse al sol durante las horas pico (entre las 10 a. m. y las 4 p. m.);
• cubrir brazos y piernas con ropa protectora;
• llevar sombrero de ala ancha y lentes de sol;
• usar todo el año protectores solares con FPS 15 o más, y bloqueadores solares que funcionen tanto para rayos UVA como UVB; buscar productos que sean "de amplio espectro";
• revisarse la piel cada mes y contactar al dermatólogo si advierte algún cambio;
• realizarse exámenes periódicos de la piel. Se aconseja a las personas de más de 40 años que un dermatólogo las examine una vez al año.
Tratamiento
Las opciones de tratamiento incluyen extirpación quirúrgica, cirugía de Mohs, legrado y desecación (raspar y quemar), quimioterapia tópica o radiación. Las opciones que recomiende su médico dependerán del tipo de cáncer de piel, su ubicación, tamaño y profundidad. El estado de salud del paciente y otros factores también pueden determinar el tipo de tratamiento recomendado.